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Concentración y repetición en la práctica diaria del Ashtanga Yoga


La práctica del Ashtanga Yoga consiste en la repetición de unas series de asanas unidas por vinyasas, siempre en un mismo orden y con la misma cantidad de respiraciones.


Por supuesto que es una forma de practicar asanas, o una práctica de Yoga moderna, que a mucha gente no le agrada, prefiriendo las clases de yoga donde todas las clases se hacen rutinas diferentes. Son formas diferentes de trabajar. Tienen cosas positivas ambos tipos de práctica, pero lo que distingue al Ashtanga Yoga es esa "repititividad" que nos permite lograr una verdadera meditación en movimiento. 

Éste método de "repetición" es muy eficaz en varios aspectos:

Profundización en las asanas


Cuando realizamos por primera vez un asana, el cuerpo se siente un poco perdido. Comenzamos por "pensar" o "reconocer" donde están nuestras partes del cuerpo, cuales se apoyan en el suelo y como se apoyan, que músculos se estiran y cuales hacen fuerza, cuales nos sostienen.

Recordemos la definición de asana en los Yoga Sutras de Patanjali, libro II, 46: " La postura adecuada es aquella que es firme y agradable." Esto implica el conocimiento del cuerpo, de la parte del cuerpo que hace de base, sosteniendo y dando estabilidad a la postura, y la parte del cuerpo que se relaja y se torna "cómoda", para que la asana en su totalidad esté equilibrada física y mentalmente. 


Cuando por fin empezamos a conocer nuestro cuerpo descubrimos algo muy importante generalmente olvidado, el cuerpo está dormido, inmovilizado y tieso. Encontramos las articulaciones con sus diversas formas de movilidad, el cuerpo se vuelve a abrir lentamente, es un proceso largo, pero vamos ganando la libertad de movimientos de cada parte. Hay ciertas asanas que siempre tienen algo nuevo para ser descubierto, un lugar inexperimentado. Repetir siempre las asanas nos permite llegar a esos lugares, comprender la asana en su totalidad, trabajar íntegramente, con todo el cuerpo físico pero también con la mente y la respiración. 

Sin repetición no hay profundización. No es siempre lo mismo, es cada vez mas profundo. 


Generar un hábito


Repitiendo la práctica todos los días podemos generar un hábito. Repitiendo una acción, repitiendo un estado mental, una respiración específica, generamos nuevos patrones de movimiento, nuevos patrones respiratorios y nuevos patrones mentales. Las acciones generan hábitos y los hábitos generan el carácter.



Meditación en movimiento


El Ashtanga Yoga es meditación. La meditación requiere cierta cualidad mental, un estado de calma y focalización, y se obtiene cuando mediante la disciplina y el esfuerzo, dejamos de lado todos los pensamientos, es decir los "movimientos de la mente". Para esto, el meditador se sienta en su postura de meditación y trabaja enfocando la mente en un objeto, entonces los "vrittis" u "ondas mentales" se hacen conscientes y el objetivo es dejarlos pasar, no adherirse a ellos, para volver a enfocarse una y otra vez en el objeto de meditación. La "repetición" de esta rutina es la que fortalece la mente, es decir, si nos sentamos a meditar un solo día veremos lo difícil que es y cuan desorientada y dispersa se encuentra nuestra mente. Pero si todos los días nos sentamos a meditar poco a poco la mente se irá purificando y calmando, hasta que llegará el momento en que con tan solo sentarnos en la postura de meditación la mente entrará automáticamente es un estado meditativo.  Con la práctica de Ashtanga Yoga sucede lo mismo. En primer lugar, es una "autopráctica", aunque estemos en un grupo junto a 20 personas mas, es uno mismo quien va siguiendo su secuencia y dictando a sí mismo las asanas, es decir que la mente trabaja y no se pone en automático dejando que otro haga su trabajo. La práctica diaria de la misma serie de asanas, con las respiraciones adecuadas, será el soporte para fortificar la meditación en movimiento, para lograr el verdadero fluir de los movimientos, acompañados de una mente aguda que penetra en profundidad cada parte  de la asana. De otro modo no podríamos lograr semejante equilibrio, la armonía adecuada para que el conjunto mente-cuerpo trabajen óptimamente. Mediante la repetición los movimientos y las asanas se suceden sin que la mente pueda escaparse, se mantiene presente en la acción momentánea. 


Por otra parte, suele suceder que este tipo de práctica pone en evidencia la desconcentración y dispersión mental. Al no tener una voz que nos dicta la secuencia en todo momento, es nuestro trabajo mantenernos concentrados repitiendo la secuencia. Por esta razón hay personas que dejan estas prácticas y buscan clases guiadas, pues no pueden enfrentar el esfuerzo que requiere ésta meditación. 


Focos de concentración


Resulta útil tener una lista de focos de concentración, como me gusta llamarles, es decir "objetos" de meditación, que podemos ir variando cada día de práctica. Especialmente pensé en esta lista para aquellas personas que ven la práctica algo monótona, utilizando los focos de concentración podemos profundizar aún mas en cada aspecto relevante de la práctica, logrando mayor calma y lucidez al momento de realizar las asanas, y trabajando la unidirección mental, o Pratyahara, y meditación o Dhyana. 

La forma de trabajar con los focos de concentración es la siguiente, elige uno de los items y focalízate en él durante toda la práctica, de comienzo a fin. Si eventualmente tu atención se dispersa del foco, vuelve a traerla una y otra vez. Analiza en profundidad dicho item en cada asana y cada vinyasa a fin de obtener el conocimiento profundo del mismo. Tener un foco de concentración no significa que no debes observar los otros items o aspectos de la práctica, pero se trata de profundizar tu sabiduría respecto a ese tema en particular. Si pierdes la concentración no te ofusques, debes mantener la ecuanimidad ante todo y volver a comenzar una y otra vez con tu foco. 

  • La posición corporal y las sensaciones: observa la posición de cada parte del cuerpo y del cuerpo en su totalidad, observa las sensaciones corporales para obtener información de los músculos (cuales se estiran y cuales hacen fuerza), las articulaciones, los huesos, etc. Que diferencia hay en las distintas posiciones, por ejemplo en las invertidas, respecto a la posición de los órganos internos. Observa las temperaturas, como van cambiando dentro del cuerpo y en cada parte. Trabaja el equilibrio en todas las asanas, incluso en las sentadas, comprendiendo las fuerzas de gravedad que actúan sobre el cuerpo. 


  • Los bandhas: uddiyana bandha y mula bandha fortalecen la asana y concentran la mente, dirigen la respiración adecuadamente a través del sushumna nadi. Focalizar en los bandhas es muy importante, requiere mantenerlos presente a cada instante y lograr su ejecución perfecta. Al comienzo veremos que estos "cierres" físicos son densos, burdos, con la práctica se volverán cada vez mas sutiles funcionando especialmente en el plano mental. 


  • La respiración: observa la calidad de la respiración. Su sonido debe transmitir calma y estabilidad. La duración debe ser igual siempre, equilibrando la inhalación con la exhalación. Podés practicar prolongar lo mas posible tu respiración, llegando hasta 6, 8 o 10 segundos por cada inhalación y por cada exhalación. Prueba realizar los Surya Namaskara con esta medida de tiempo y registra los cambios que notas. 


  • El drishti: focalizar la mirada atentamente es un gran paso para la meditación. Si tomamos este item podemos concentrarnos para no perder de vista el drishti durante toda la práctica. Muchas veces tenemos presente el drishti, pero observándolo en profundidad veremos que se nos corre la vista varias veces durante la práctica. Procura no desviar tu drishti y registra los cambios. 


  • El mínimo esfuerzo: cuando focalizamos en el mínimo esfuerzo significa que realizaremos la práctica con la fuerza justa y necesaria, para esto es indispensable concentrarse también en la respiración. Procura no agotarte y realizar toda la serie con calma, verás que si te concentras en este punto todo fluirá mejor y de forma relajada. La maquina del cuerpo puede ser muy eficaz si sabemos como utilizarla. Administrar correctamente la energía a lo largo de toda la práctica no es fácil, el combustible instantáneo que obtenemos de la respiración es la clave para obtener la maestría en el mínimo esfuerzo. 


  • La observación mental: este item permite observar con claridad los movimientos mentales o vrittis, podemos combinar con la atención en los otros puntos, pero registrando y tomando nota de cada distracción mental, cada pensamiento que asoma. Veremos que estos pensamientos siempre son del pasado o del futuro, de situaciones que recordamos de pronto o de proyecciones a futuro. Procura limpiar tu mente de todo lo que no sea aquí y ahora, para lograr la meditación adecuada. 

Autora Patricia Aballay

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